Un venturoso 2024

Un venturoso 2024

Les deseo a todos mis lectores y amigos que tengan salud, ventura y prosperidad. Este día de inicio de un nuevo año calendario mi mensaje va en forma especial a Mario Vargas Llosa, un hombre sincero e íntegro, que representa los valores de muchos peruanos. Hace unos días declaró a la prensa que le resulta cada vez más difícil, más duro, escribir. “Escribo a mano y con tinta. Necesito el olor de la tinta y el desgarro del papel con la pluma. Me gusta el ritmo de la mano, que es el ritmo del pensamiento”. Con estas confesiones –junto a las de su pérdida paulatina de memoria- el genial Mario Vargas Llosa se despide de su columna periodística habitual que con el nombre de “Piedra de Toque”, inicio en Caretas, para luego irradiarla a la prensa internacional.

Con Mario nos une el concepto amplio -irrestricto- de la libertad. Este nombre lo vincula a la política, así como yo lo inscribo como fundamental -razón de ser- en el ejercicio periodístico, y es por lo tanto parte del título de esta columna. En algunas oportunidades también publiqué en Caretas, la revista que fundara Doris Gibson , y le imprimió carácter indispensable para cualquier intelectual, el recordado Enrique Zileri. Con Enrique compartimos muchas cosas, entre ellas una curiosidad que sobrepasaba cualquier sospecha. Esto es lo que anima el tránsito constante entre el periodista y el novelista.

Con Mario tuve varios encuentros en diversas partes del Mundo. Recuerdo que cuando estaba por iniciar mi periplo por las islas Marquesas –donde Mario también fue invitado y escribió Paraíso en la Otra Esquina- me aconsejó que escriba sobre un personaje mundialmente conocido. El menciono a Gagarin. Yo le contesté que escribiría sobre la criolla Isabel Barreto, que desde Paita descubrió en 1595 esas islas. Lo que me proponía es, más bien, hacer conocida a aquella mujer valiente y valerosa. De ahí mi novela histórica Isabel de los Mares.

Los primeros procesos de mestizaje en gran escala del mundo moderno tuvieron lugar en la América de hace medio milenio. Incluyeron marcada violencia, pero también han producido creatividad, tolerancia y adaptabilidad. El encuentro entre intereses económicos desiguales fue acompañado por mestizaje de culturas, que se ha continuado en América Latina desde la llegada de los europeos y luego de africanos asiáticos hasta habitantes de la polinesia.

En varios aspectos, se trata del continente más transcultural y globalizado -cuyas enseñanzas podrían ser útiles para otros países- en el que la corriente literaria transita de lo real a lo maravilloso. Sin duda La Conversación en la Catedral, La Casa Verde, así como Pantaleón y las Visitadoras -que considero sus mejores obras- son peruanísimas.
Aunque quizá no recuerde a todos sus amigos, el gran escritor puede estar seguro que a él –y Patricia- lo recordamos con afecto. Y leemos siempre sus obras con gran aprecio. Disfrutaremos con la literatura que emerge de ella misma; es decir, con señalarnos la esencia universal de lo que somos.

Además de ello, Mario Vargas Llosa nos abre un gran espacio para emularlo; para tratar de alcanzar lo que él ha logrado con algo muy simple pero difícil a la vez. Con su amplio caletre y un churumen especial logra siempre prestigiar al Peru. Sigo por mi parte este empeño de prestigiar a personajes peruanos y a todo lo que se relaciona con nuestro país.

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