Vacancia: de lo ridículo en nuestro país

Vacancia: de lo ridículo en nuestro país

Criticar a un presidente o una presidenta es necesario. En realidad, es una obligación, tanto de la ciudadanía como de la prensa, que es la que informa sobre los actos de gobierno. Esto, que suena evidente y claro, está totalmente desvirtuado en la actualidad. Examinar la gestión presidencial de Dina Boluarte no significa despellejarla y buscar con desesperación la vacancia. El objetivo de los enjuiciamientos, en concreto, que enmiende sus múltiples errores, se pierde y se trastoca, apuntando solamente al obsesivo tema de sacarla de Palacio de Gobierno. Con el expresidente Pedro Castillo hubo motivos contundentes, de millones de soles, para que dejara el cargo. Corrupción a discreción. Pero la vacancia, que debe realizarla el Congreso, nunca se logró. El dinero que repartió entre los parlamentarios lo mantuvo en el puesto. Si ahora está en la cárcel es porque intentó dar un golpe de Estado y cerrar el Congreso.
Sectores políticos que han perdido poder (la mal llamada izquierda democrática), vinculados a un conjunto de medios, quieren vacar a Boluarte desde que asumió la presidencia. La mandataria, claro está, tiene —como dicen— su pasado. Fue tesorera del partido Perú Libre, asunto que está en la justicia. La violencia del 2022-2023, azuzada por la subversión, trajo 50 muertos entre los protestantes y 18 muertos entre militares, policías y civiles ajenos. Se intentó vacarla por estos lamentables sucesos y no se logró. Luego vino el escandalete de los Rolex, seguido por el temilla del ‘cofre’ y el sastre amarillo que ‘Chibolín’ le habría regalado para la asunción de mando; también fracasaron. Hoy nos ocupa la operación a la nariz que se hizo la Presidenta. En la época, esta columna criticó su ausencia de la escena pública. Ahora se la quieren tumbar, nuevamente, por este asunto. Los argumentos rayan en lo estrafalario: qué pasaba si la señora moría en esta operación menor, de poco riesgo. Quienes impulsan la salida de Boluarte alegan sobre el tiempo que dejó abandonada la presidencia. En medio del sainete salió un traidor, el expremier de Boluarte diciendo: yo estuve al mando, sin darse cuenta de que, de ser así, usurpó funciones. Un pandemonio.
Todo esto parece una movida del expremier en el que Boluarte confió. ¿Así es la política? Es una guerra aparte. Frente a las declaraciones de su expareja y/o amante, probablemente todo manejado por la presidencia, el exfuncionario y examigo respondió con ‘sabrosos’ detalles de la rinoplastia. Andamos perdidos en ello: si tiene derecho a cambiarse la nariz, si pide permiso, si dirige un mensaje a la Nación sobre el rejuvenecimiento de marras. ¿Quién gana con la salida a la ‘prepo’ de la Presidenta? Sectores que manejan dinero y que tienen procesos. No dude que, si Boluarte es vacada, el juicio a Martín Vizcarra se tambaleará, que el caso Odebrecht se volverá más fantasmal aún, que el sector llamado ‘caviar’ se revitalizará, que el policía Colchado y su compinche, la fiscal Barreto, volverán con más poder del que detentan. La fiscal de la Nación ya entró en acción, investigándola. El Congreso detendrá la vacancia, aunque la imagen de la mandataria está perforada, afectando a la institución presidencial y generando una enorme inestabilidad. El daño está hecho. Boluarte está obligada a enmendar sus errores y gobernar. Ni modo.

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