Escándalo de la izquierda contra el Ejecutivo en el Congreso
Qué tal escandalete que armó ayer la izquierda al recibir al Consejo de Ministros para el voto de confianza o de investidura. Tal fue la bulla ensordecedora desde la entrada a Palacio Legislativo con carteles señalando como “asesinos” a los ministros, en especial al premier Alberto Otárola y, obvio, a la mandataria Dina Boluarte.
Todo un cabildeo tuvo lugar, al parecer interminable. No se puede permitir que las instituciones o poderes del Estado estén integrados por personajes de nivel deplorable, hasta en el trato personal. Bueno, han sido pues elegidos. Es lo que hay, al menos por un año más.
ORA PRO NOBIS
La presidenta Dina Boluarte se encomienda a los dioses del Olimpo y despide a sus tigres, tigrillos y tigresas al circo hambriento de sangre que les espera en la Plaza Bolívar en el debate del voto de confianza al gabinete de Alberto Otárola. Allí había mucha tensión por las muertes en la región Puno. De forma que el rojerío recibiría a los ministros con ajos, cebollas y dazibaos como el que pusieron sobre el cadáver del policía José Luis Soncco Quispe en Juliaca: “Dina asesina”, “Otárola asesino”.
ULTIMÁTUM A LO WILLIAMS
Todos eran “asesinos” para las bancadas rojas, como la de Perú Libre y los Bermejos, sin hablar de la bancada pro Movadef y del magisterio. En fin, vidas asociadas al bochinche y la diatriba, pero los integrantes del gabinete ministerial no sabían dónde poner la cara. ¿No hay reglamento que regule ese tipo de conductas? Menos mal que el presidente del Congreso, José Williams, se armó de valor, suspendió la sesión, convocó a Junta de Portavoces y todos llegaron a la reunión en fila india.
ADVERTENCIA SEVERA
Y es cuando les dijo sus verdades, claro, en forma serena, y advirtió que si dichas bancadas seguían con el mismo comportamiento, aplicaría un artículo del reglamento que permite la suspensión del congresista que persista en dicha conducta callejonera, obviamente con el respeto a los callejones.
QUESOS RUSOS
Los invitados del Ejecutivo no tuvieron mejor idea que abandonar el hemiciclo, en medio de las cartulinas y dazibaos agresivos de los congresista rojos, como si los del Ejecutivo hubieran asesinado a los juliaqueños que querían tomar por la fuerza de las armas caseras, quesos rusos, “avellanas” y “hechizos” el aeropuerto de Juliaca. No, pues.
HABÍA PRECEDENTES
De vuelta al pleno, y nuevamente invitados los ministros, el rojerío hizo abandono de sus asientos, claro que en desconcierto, porque nadie quería ser suspendido, sobre todo por el sueldo. Sabían que Williams no estaba hablando en broma porque, además, ya había un antecedente de un expectorado por reincidencia en ese tipo de conductas. Esto en un Congreso pasado, al parecer en la presidencia de Javier Velásquez Quesquén.
FILO-TUCO
Como quiera que los camaradas cerronistas, castillistas, bermejianos y wayra-wawas de todo pelaje sintieron la pegada, de pronto fueron regresando al pleno, con el rabo entre las piernas. Y el debate entró por un curso, digamos aceptable, salvo excepciones. Nos referimos a Hamlet Echevarría, de la bancada bermejista. Pero su berrinche duro poco. Williams anunció que mandaría a leer el reglamento y el temido artículo de suspensión y el filo-tuco bajó los decibeles.
OJITOS LINDOS
Otro fue el cantar de los cantares de la perulibrista María Agüero, la characata a quien no le alcanza el sueldo, no obstante que tiene casas en Miami, según su propia versión. “Míreme a los ojos”, increpaba a Otárola, varias veces, hasta que Williams la puso en su sitio usando la figura de que se dirija a través de la Presidencia.
CAMISA ROJA
Otro que quiso hacer su show en el circo de la plaza bolivariana fue el congresista Wilson Rusbel Quispe Mamani, también de Perú Libre, que pintó de color rojo un trozo de su camisa… para impresionar a los ministros y la prensa, en especial los canales, que estaban siguiendo todo el curso del debate.
AQUÍ ESTÁ LA SANGRE
«¿Quiere sangre, señor Otárola?, aquí está la sangre. Aquí está la sangre, señor Otárola, acá está la sangre. Esa sangre es lo que usted ha querido a través de la mesa directiva. Esa sangre, señor, está regada en la región de Puno, Ayacucho, Apurímac, Andahuaylas, señor Otárola», puntualizó el parlamentario.