Dina Boluarte y los ‘relojes envenenados’ de la primera mandataria: Le llegó la hora de dar explicaciones [ANÁLISIS]

En aras de la transparencia de la gestión pública, la presidenta debe informar la procedencia de los lujosos modelos que usa.

Diario expreso - Dina Boluarte y los ‘relojes envenenados’ de la primera mandataria: Le llegó la hora de dar explicaciones [ANÁLISIS]

Hago remembranza con este título al famoso caso denominado por la prensa francesa “Los diamantes envenenados”, que en el año de 1979 -como fue de conocimiento público- remeció hasta sus cimientos a toda la clase política de aquella nación, y que por sus connotaciones y semejanzas nos puede ayudarnos a comprender las justificaciones o las razones que debe brindar nuestra primera mandataria, la señora Dina Ercilla Boluarte Zegarra, ante la fiscalía que ha dispuesto una indagación en contra de ella.

Hablo de los distintos relojes de marca y alta gama que portaba nuestra primera dama en acontecimientos oficiales y que muestran diferentes medios de comunicación, cuyo origen requiere ser de conocimiento público en aras de la salud y la transparencia en la gestión pública. Se trata de evidenciar si los mismos fueron adquiridos con su propio patrimonio y, como ella manifiesta, resultado de su propio trabajo, si alguien se los obsequió por razones o intereses que se desconocen, o por el contrario, no existirían razones demostrables como para verificar la licitud de su procedencia.

Sobre el recordatorio, en aquella oportunidad se trató de lo que el semanario satírico Le Canard enchaîné informó a los franceses como si fuera una bomba informativa, según la cual, seis años antes, Jean-Bedel Bokassa, el desalmado dictador del imperio centroafricano, había regalado un diamante al presidente de la república francesa, por entonces ministro, Valéry Giscard d’Estaing.

El semanario también informó que el autócrata africano había enviado reiterados regalos consistentes en piedras preciosas a familiares de Giscard y políticos de su entorno. La toxicidad que en aquel entonces se achacaba a los diamantes obsequiados era directamente proporcional a la maldad del régimen que los proporcionaba y a la condición de mandatario de una nación.

Veneno al gobierno

Más allá, si puede o no ser cierto, que los relojes en cuestión fueron adquiridos de manera legal y transparente por nuestra primera mandataria cumpliendo con todas las exigencias que las normas exigen sobre el particular, o si por el contrario, se trató de obsequios o regalos que pudieron provenir de terceras personas interesadas, lo que es innegable que los efectos han sido letales para la gestión de nuestra primera mandataria.

Los hechos publicitados han dejado de ser una mera noticia y han pasado a convertirse en un acontecimiento político de primer orden, que puede marcar el curso y el rumbo de los acontecimientos en nuestro país.

El impacto de la noticia es sido tan simple que no solo cualquier persona lo personaliza, lo entiende en toda su magnitud, sino que ante la ausencia de una respuesta inmediata, oportuna y convincente puede ir en cadena incluso a favor de quienes estarían planteando su vacancia o remoción.

La ausencia de una veracidad atinada como respuesta inmediata en su debido momento, ha dado paso a las especulaciones, las hipótesis, la malidicencia y las presunciones no como factores legales sino como herramientas políticas para desestabilizar el régimen para quitarle credibilidad y ocasionar un vacío de particulares proyecciones negativas para la primera dama y para quienes la secundan.

Defensas tóxicas

Refiero que se trata de un acontecimiento infectado, virulento y propagado en términos patológicos y anómalos para cualquier mandato presidencial, no solo porque altera desde diferentes perspectivas y en forma directa todas las labores funcionales del gobierno, sino por la nula o desacertada respuestas que se han planteado al respecto desde los mismos funcionarios que la secundan, proporcionando todo tipo de respuestas desacertadas que en lugar de aclarar inmediatamente lo acontecido, al revés han ido fortaleciendo las dudas y los cuestionamientos.

Me refiero a las explicaciones o aparente justificaciones de terceros que en lugar de contribuir a la transparencia, fortalecen las dudas y sospechas. Si ha habido verdad y legalidad, con tales declaraciones tan desacertadas, imprevistas, contradictorias y nada creíbles, lo que se ha logrado es que las noticias primigenias continúen apareciendo en las primeras planas de todos los medios de comunicación.

Una manera de intoxicarse a sí mismo, en lugar de encontrar un inmediato remedio al problema que aqueja. Una fórmula de intoxicación política que hasta la fecha no ha podido ser neutralizada ante la cantidad de desaciertos posteriores a los mismos hechos.

Escándalo político

Las noticias sobre los orígenes de los bienes en cuestión no habrían continuado siendo tan negativas y escandalosas hasta convertirse en sinónimo de escándalo político, si la misma mandataria desde un primer hubiera aclarado ante la prensa de forma clara y convincente lo acontecido, como para evitar que el Ministerio Público mostrara su interés con su intervención directa sobre el tema.

Debe tener algo de lógica lo que señalo, que ante la trascendencia de la noticia y su total descontrol sobre la misma, no le quedó otra alternativa al Fiscal de la Nación, que disponer casi inmediatamente que se iniciaran las indagaciones que dispone la ley.

Signos exteriores de riqueza

El costo de los bienes objeto de interés y fiscalización encierra una simbología interpretativa y deductiva de especiales proyecciones, que exacerba apetencias, frustraciones, éxitos y logros materiales atractivos y hasta encantadores para cualquier ciudadano.

Un símbolo material de riqueza personal innecesario para una primera mandataria que al ser exteriorizado aparenta riqueza y peculio en una nación particularmente pobre, y que vive una corrupción histórica que ha marcado el curso de los acontecimientos, tanto es así que la misma presidente proviene de un partido político cuyo máximo presidente y otros que lo secundan se encuentran procesados por actos de corrupción y otros delitos.

Hablamos de los signos exteriores de riqueza que como sabemos siempre ha sido motivo de una especial atención de parte de los órganos de control y fiscalización, y que en el presente caso son motivo de toda clase de sospechas.

Corolario

Lo que acontece, es que en nuestro país, como posiblemente sucede en muchos lugares del planeta, cualquier símbolo de riqueza y ostentación, por más mínimo que sea –con mayor razón, si se trata de un componente tan objetivo y que quien lo luce es un funcionario público de primer nivel-, es una abierta contradicción y afronta a los millones de ciudadanos nacionales que les resulta imposible acceder a tales niveles de riqueza y fortuna.

Existen razones para que el tema de los “relojes envenenados” sea motivo de agudas discordias y discrepancias, sobre todo porque quien lo exhibió y en los términos como lo hizo, es la representante de los millones de pobres que existen por todo el Perú.

Con ello, hago referencia específica aquel dicho tan popular que frecuentemente es usado en la labor y la demagogia política, que refiere tan acertadamente que quien gobierna y conduce los destinos de una nación, lo hace no para gracia personal sino para beneficio de las grandes mayorías desposeídas.

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