Luis Pacheco: «Pérez y Vela perseguían a enemigos de Vizcarra»

El fiscal Domingo Pérez no ha podido sustentar, correctamente, acusaciones como en el caso “Los Cócteles”, en donde incluso el Poder Judicial dictaminó prisión preventiva contra la señora Keiko Fujimori…

Está el caso de la señora Fujimori, en el caso de “Los Cócteles”, pero también tenemos el caso –que ya está muerto prácticamente-, gracias a las falsas declaraciones de colaboración eficaz que hicieron (Jorge) Barata, el propio Marcelo Odebrecht, y otros implicados en la red de la mafia de esta constructora y que ahora, en la Procuraduría General del Brasil, ha indicado que ha roto relaciones de cooperación judicial internacional, porque en realidad la información que proporcionaron estos señores era “ninguna”, y a cambio obtuvieron tremendos beneficios.

En el caso de Alan García la presión fiscal decantó en el suicidio del exmandatario, ¿cómo evalúa ese aspecto?

Hay que contextualizar bien el tema de Alan García. José Domingo Pérez y Rafael Vela Barba son personas directamente vinculadas con IDL o el señor Gorriti y, bueno, toda su cofradía. Esto no lo decimos porque se nos ocurra, o porque queramos perjudicarlos, no, en absoluto. Sino porque todas las declaraciones que hicieron estos sujetos a través de los medios de comunicación fueron cuidadosamente seleccionadas a través de IDL, precisamente en IDL radio los entrevistaban -prácticamente todos los días- y jugaban en pared y en ping pong, con América Televisión y Canal N, cuando se encontraba como jefa de noticias la colombiana Clara Elvira Ospina.

Fiscales y medios operaban en forma conjunta…

Y lógicamente, esto lo compartían también con periodistas seleccionados, como Rosa María Palacios, en Radio Programas del Perú, La República de Mohme, etcétera. Hay un elemento adicional para tener en consideración: la propia confesión de la señora Patricia del Río, como recordarás, en un audio que fue desarrollado dentro de un chat familiar y que se filtró -probablemente porque su familia ya estaba asqueada con lo que estaba sucediendo- que cuando ella decía “yo he conversado y converso siempre con el mejor fiscal del Perú que es Rafael Vela Barba, y siempre nos reunimos para ver cuál va a ser el tratamiento periodístico de los medios probatorios que él nos da”, así lo dice textualmente.

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Allí no existe imparcialidad, ni principio de objetividad periodística…

Y nos coloca en la posibilidad de poder inferir que José Domingo Pérez y Rafael Vela Barba formaban parte de toda una estructura, de una organización que estaba destinada a perseguir y ejecutar judicialmente a los enemigos políticos de (Martín) Vizcarra por un lado, y del caviarato que, a través de Vizcarra, estaba gobernando al país entero; no, no había principio de imparcialidad. En el caso de Alan García, éste había entrado y salido del Perú porque iba permanentemente a España, y eso está registrado, tú puedes obtener fácilmente, en el reporte migratorio, en todo el periodo que comprende el inicio de las diligencias preliminares (y ojo que Alan García estaba en diligencias preliminares, no en investigación preparatoria), Alan García entró y salió del Perú 39 veces. Si Alan García hubiera querido fugarse, pues a la primera hubiera salido y ya no hubiera regresado.

En perspectiva, era clara y evidente la intención del exmandatario de colaborar con la justicia…

Exacto. Aquí, en este escenario, hay que recordar que la imputación que se hizo desde el control que tenía José Domingo Pérez -que ya había brillado mediáticamente para favorecer a Vizcarra y a los caviares- y que se había tumbado ilegítima e ilegalmente al entonces fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, solicita al Poder Judicial la variación de la comparecencia que tenía Alan García durante las diligencias y solicita que se varíe porque, según José Domingo Pérez, existía riesgo de fuga después de que Alan solicitó asilo político a la embajada del Uruguay, y que, en consecuencia, se necesitaba aplicarle la medida de prisión preventiva. Esto no es cierto porque, reitero, Alan García no se estaba fugando, no se quiso fugar.

La manipulación mediática hizo creer que había riesgo de fuga…

Es más que evidente: esa madrugada, la primera en lanzar la noticia es Rosa María Palacios e IDL Reporteros, con Gorriti, más o menos, a las 5:30 de la mañana, un poco antes de las seis: “Alan García ha sido detenido”, dijeron. Y este no había sido detenido a esa hora, ¿de dónde salió esa información? Entonces, reitero lo que dije antes: la propia señora Patricia del Río confesó, públicamente, el tratamiento periodístico que le daba a las investigaciones y a los medios probatorios que manejaban los llamados fiscales.

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En las primeras horas, América TV, era el único medio que reportaba en exclusiva…

José Domingo Pérez envía un fiscal adjunto con un camarógrafo del Canal 4, eso también está registrado… Es más, está colgado en YouTube. ¿Qué demonios hacía un camarógrafo del Canal 4 en una intervención que, de acuerdo a la ley, es una intervención reservada, secreta? Evidentemente, lo que estos señores querían era hacer tabla rasa de Alan García, y presentarlo humillado ante los medios de comunicación: esposado, maltratado, etcétera, y eso venía siendo rumoreado a través de los medios que, en cualquier momento, pedían la detención de Alan García y lamentablemente, pues, ante esta situación de presión, y conociendo el carácter y la personalidad de Alan García, tomó la lamentable decisión, pero evidentemente, empujado por las circunstancias.

Nava también es uno de los responsables de la muerte de Alan García…

Pero Luis Nava después se desdijo; entonces, reitero que, conocidas las características de su personalidad, Alan García no iba a permitir, bajo ningún punto de vista, que hicieran con él leña del árbol caído, y justamente eso lo deja establecido en su carta, cuando dice “a mis enemigos, dejo mi cadáver como expresión de mi desprecio por ellos”. García dijo: “a mí me van a llevar muerto”, pero bajo ningún punto de vista porque esté escapando, no porque es la salida fácil, sino porque en esas circunstancias, en esa situación límite, a un político de la talla de Alan García no le quedaba otra alternativa. Entonces, aquí la responsabilidad es compartida por José Domingo Pérez y por el juez que aceptó, presionado por el “caviarismo”, otorgar la detención o la prisión preventiva.

(Por Fidel Quevedo)

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