Militares y policías ofrendaron su vida contra el terrorismo | INFORME
Por Italo Oberto-Besso
Hoy se pretende menoscabar el rol que cumplieron las Fuerzas Armadas y Policiales en la lucha contra la insania terrorista, incluso hay quienes –lamentablemente hoy desde el poder– pretenden equiparar el accionar de los miembros de nuestras instituciones protectoras al de los propios subversivos; sin embargo, la sangre de aquellos héroes y de su sacrifico cimentaron la paz de la que hoy gozamos y nos permitió las décadas de desarrollo que vivimos.
Muchas veces las muertes de aquellos héroes se produjeron con total crueldad y brutalidad: eran despedazados, mutilados y vejados.
La Comisión de la Verdad y Reconciliación da cuenta, en su informe final, que los institutos armados y el Ministerio del Interior reportaron 1,674 miembros de las fuerzas del orden fallecieron en actos de servicio en zona de emergencia, durante el tráfico periodo de 1980-2000.
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“Veintidós hombres con seis fusiles, en esa intervención salimos con tres fusiles y con ametralladoras MGP, que no son aptas para un combate así en este lugar. Y ahí fuimos sorprendidos. El que habla y seis efectivos iban a la intervención y fuimos sorprendidos por este grupo de bloqueo de Sendero Luminoso, el cual con una granada Instalasa, que entró por el parabrisas de la camioneta le voló los dedos al chofer, impactó la granada Instalasa en la pierna del teniente, pasando la puerta y estallando en la marginal. Y ahí fuimos recibidos por una lluvia de balas. Estando yo en la parte de atrás de la camioneta cuatro por cuatro, junto a mi colega, difunto ahora y al frente de tres personal subalternos, fuimos el escudo de ellos. Mi colega que estaba a la izquierda le cayó una ráfaga, agarrando yugular y corazón, que al instante quedó muerto. El que habla que iba con una mochila con munición trescientos cincuenta cartuchos, fue impactado también”, contó el suboficial PNP José Rafael Vives, en San Martín, citado por la CVR.
Además, 1,698 quedaron discapacitados a consecuencia de los combates.
LOS AÑOS MÁS CRUENTOS
Los años más letales para las Fuerzas Armadas fueron 1991 y 1992, murieron 207 y 321 agentes del orden respectivamente.
“Ello coincide con el período del llamado ‘salto al equilibrio estratégico’ en el transcurso del cual los miembros del PCP-SL intensificaron sus ataques en contra de los blancos policiales y militares en todo el país. Luego de la captura de Abimael Guzmán y de los principales líderes de las organizaciones subversivas, el conjunto de todas las víctimas desciende significativamente a partir de 1993”, señala la CVR.
EN HONOR A LA VERDAD
Según este reporte, el 60% del total de muertes le corresponde al Ejército. El 82% de las víctimas del Ejército fueron personal de tropa, 7% suboficiales o técnicos y 11% oficiales, explica el documento.
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Sin embargo, el libro En honor a la verdad, preparado por la Comisión Permanente de Historia del Ejército, indica que el número de fallecidos en el Ejército fueron 1,067 efectivos.
“El Ejército del Perú ha sufrido la irremediable pérdida de 1067 efectivos de su institución, de los cuales 101 corresponden al cuerpo de oficiales, 90 al de técnicos y suboficiales y 876 al de tropa del servicio militar, siendo en 1992, el más duro de la guerra con 212 muertos, o sea, un poco menos de dos caídos en combate al día. El daño se incrementa si a esto se suman las viudas y huérfanos, las familias monoparentales que surgieron producto del conflicto y el perjuicio originado al Estado”, indica el informe.
Además, señala que fueron 367 los efectivos que quedaron en situación de discapacidad. Fueron 23 oficiales, 26 técnicos y suboficiales y 318 del personal de tropa del servicio militar.
“Otro de los grandes grupos víctimas de la violencia fue el propio Ejército, pues, si sumamos a los discapacitados, los fallecidos en acción de armas, nos encontramos que las bajas totales han sido 1,434 hombres que dejaron su vida o la cambiaron para siempre en aras de la pacificación del Perú. Esto generó un gasto adicional al erario nacional en tratamiento médico especializado –incluso en hospitales del extranjero– y pensiones para los sobrevivientes. Un aspecto que no parece relevante, pero que sí lo es, es la gran cantidad de accidentes que ocurrieron, cuyos índices se elevaban a medida que las operaciones se incrementaban”, sostiene el Ejército.
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