Rojos quieren el plus que pagarían turistas para beneficio de sus sindicatos y federaciones

Miles de trabajadores del sector turístico podrían quedarse sin propinas, el mejor premio a la meritocracia, si los clientes se enteran de que están pagando por duplicado en sus recibos bajo el concepto ambiguo de “recarga de consumo”. Independientemente de la propina espontánea, ahora, por ley, se obligaría a los consumidores a dar esta falsa propina de hasta un 13% del monto consumido para repartirla entre los trabajadores.

Si ya era bastante ambiguo este cobro llamado “recarga de consumo”, que aparece al preguntar ¿incluye la cuenta la propina? –un monto liberado de cualquier impuesto– ahora sería obligatorio.

¿Quién está detrás de la reglamentación y obligatoriedad de esta propina disfrazada? Nada menos que la congresista de Perú Libre, Katy Ugarte, oriunda de Cusco, la capital de las propinas en el Perú. Ella pretende convertir a los sindicatos, comités de lucha y federaciones en los recaudadores oficiales de estas propinas, al otorgarles por ley el rol de negociadores con las empresas de servicios turísticos acerca de cuánto “exprimir” a los turistas, y repartir –como Robin Hood– el dinero equitativamente entre los trabajadores, es decir, rompiendo la meritocracia.

Según la propuesta, los dirigentes sindicales y federaciones, sean o no partícipes de la empresa, acordarían con estas cuánto debería fijarse como “recarga de consumo” obligatoria, es decir, una propina impuesta a los clientes. Si un servicio cuesta US$ 1,000, hasta US$ 130 podrían destinarse a esta propina disfrazada de recarga. Con 2 millones de turistas que visitan Cusco cada año, estas “propinas” representarán una cifra nada despreciable.

Teóricamente, la propina, tal como se conoce, es voluntaria y se otorga en función del mérito de cada trabajador. Sin embargo, ¿quién estaría dispuesto a dar una segunda propina disfrazada en la boleta bajo el falso nombre de “recarga de consumo”?

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En Perú, la propina estándar es del 10% del consumo total en un restaurante. Sin embargo, hasta hoy, las propinas no son obligatorias. En otros servicios, las propinas pueden ser las siguientes:

Guías de viaje: De $7 a $12 por día si el guía viaja con el grupo y de $3 a $5 por persona por día si no viaja con el grupo.

Choferes: Por lo general, la mitad de lo que se le da al guía.

Maleteros de aeropuerto: De $1 a $2 por maleta.

Porteros de hotel: Alrededor de 1 sol.

Personal de limpieza: De $1 a $2 por día.

Las federaciones, comités de lucha y sindicatos comunistas en Cusco enfrentan sus momentos más difíciles; tras la ridícula Toma de Lima, que casi quiebra el sector turístico. Cada vez menos personas los apoyan; no obstante, buscan ahora un porcentaje de las ganancias, apuntando directamente a las propinas.

La ley de reglamentación propuesta, que modifica el Decreto Ley N.º 25988 (Ley de Racionalización del Sistema Tributario Nacional y de Eliminación de Privilegios y Sobrecostos), es un proyectil hacia las arcas de hoteles y restaurantes, fomentando la sindicalización de sus trabajadores al ofrecerles el poder de decidir sobre la “recarga de consumo”.

La congresista del partido del golpista Pedro Castillo parece ignorar que en estos dos años miles de empleos se han perdido y muchos negocios han cerrado debido a los bloqueos de carreteras, huelgas y protestas de los sindicatos y federaciones, además del internacionalmente conocido maltrato a los turistas, a quienes solo por serlo se les cobra mucho más, desde el taxista hasta muchos restaurantes asociados con ciertas agencias.

Según la ley propuesta, en los lugares donde no existan sindicatos, las federaciones regionales o nacionales del sector podrán negociar directamente este “recargo de consumo” con las empresas, aplicado al monto total de la facturación de los servicios prestados, que luego se distribuiría entre los trabajadores.

Hay que señalar que en Cusco algunas agencias de viajes han sido financistas de movimientos destructivos como la Toma de Lima, aun sabiendo que esto les perjudicaba, pero su papel en la política local es conocido al disputarse los permisos para las mejores ubicaciones en excursiones como el Camino del Inca a Machu Picchu, esto en manos de autoridades.

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