Restaurante Anacardo y la verdadera historia sobre la gastronomía
Cecilia Brenneisen es Ingeniera Comercial graduada de la Universidad UDLA en Santiago de Chile, con un MBA en la Universidad San Ignacio de Loyola. Desarrolló su carrera tanto en el área comercial como en el área docente, y Alex Vautravers, Administrador de Empresas con especialidad en hotelería, trabajó durante 37 años en la Cadena de Hoteles Sheraton, siendo Gerente General en varias propiedades de América Latina, entre ellas el Sheraton de Lima. Ambos propietarios del Restaurante Anacardo idealizaron una nueva oferta gastronómica donde han puesto en práctica todos sus conocimientos de cocina para presentar una nueva opción del buen comer en el Perú.
Su emprendimiento se basa en la preparación de la auténtica comida peruana preparada con mucha pasión y buen gusto haciendo una delicia en cada plato nacional, y ofreciendo a la vez una vasta carta de platos de corte europeo realizados en base al Anacardo, que le da otra mística y gusto muy singular y espectacular a diversas propuestas de fusión, lo que enriquece el paladar con lo exquisito de los platos que se ofrecen a diario en este restaurante.
Una historia de amor
Cecilia Brenneisen y Alex Vautravers, propietarios de Anacardo, crean momentos especiales para sus visitantes, inspirados en sus vivencias en Perú y viajes por el Viejo Continente. Es así como el nombre Anacardo está ligado a la historia de amor de la pareja, donde en un paseo por en Sitges, Barcelona, encontraron un restaurante lleno de magia, donde probaron una pasta hecha con salsa de anacardo. La experiencia fue memorable, lo que hizo que dicho nombre quede grabado en sus mentes y con el tiempo se fuera gestando el restaurante cuyo nombre es Anacardo.
Anacardo Restaurante presenta exquisitos platos inspirados en la fusión de sabores peruanos con toques europeos. El Anacardo es la castaña de cajú o cajún, que es una nuez de origen brasilero, que por su delicado sabor se presta para la preparación de deliciosas salsas, como complemento da varios platos tanto fríos como calientes y hasta para dar un sabor especial a riquísimos postres.
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Anacardo es un restaurante, de 650 metros y lugares, con varios ambientes que incluyen dos terrazas, una sala de cava de vinos y un segundo piso con ambientes más privados, una sala privada para 10 personas, y un bar. También cuenta con una boutique de deliciosos postres, los cuales pueden ser consumidos en el restaurante o llevados a casa.
El restaurante está abierto todos los días para desayuno, almuerzo, lonche y cena. Anacardo también es una boutique, en donde puedes encontrar, panes, postres y helados como también una amplia variedad de vinos para llevar.
Es muy importante destacar que en el Restaurante somos Pet Friendly, amigos de los animales.
Historia de la gastronomía
La historia de la gastronomía, según nos relata Alex Vautravers, está intrínsecamente relacionada con la historia de la humanidad, ya que el ser humano, como ente biológico, necesita de la alimentación para su subsistencia. Sin embargo, al estar dotado de conciencia y sensaciones, la alimentación es más que un factor fisiológico, es fuente de placer, un goce sensorial e incluso estético. Conforme ha avanzado en su civilización, el ser humano siempre se ha preocupado de hacer elaboraciones que no solo calmasen su apetito, sino que fuesen agradables a la vista, que tuviesen buen olor y buena presentación, por lo que ha desarrollado una puesta en escena con diversos utensilios como vajilla, cubiertos, cristalería, servilletas, manteles, velas, flores o centros de mesa. A la vez, la alimentación se ha convertido en un ritual social, en el que personas con diversas relaciones afectivas o sociales se reúnen para la celebración de determinados eventos, como aniversarios, bautizos, comuniones, bodas o incluso, en determinadas culturas, funerales, así como reuniones de negocios o laborales, fiestas colectivas por barrios o municipios, y otros. En ese sentido, diversos lugares dedicados a la expedición de alimentos o bebidas, como bares, restaurantes, cafeterías, tabernas, posadas, mesones, pubs y otros establecimientos similares, han servido como centros de socialización para numerosas comunidades.
La gastronomía (del griego γαστρονομία, compuesto de γαστήρ, “vientre”, y νόμος, “ley”) es la ciencia y arte de la alimentación, enfocada no solo en cuanto al arte culinario (o cocina), sino a todos los factores que componen el acto de comer, tanto sociales como fisiológicos o culturales. Su estudio tiene un claro componente práctico en cuanto la alimentación es indispensable para el ser humano, pero presenta igualmente una gran faceta de creatividad derivada de la combinación de alimentos y de la innovación en cuanto a la creación de nuevas recetas. Las diversas tendencias gastronómicas son debidas sobre todo a variantes regionales, ya que cada país tiene su propio sello distintivo. En el acto de comer hay que tener en cuenta factores como el espacio destinado a tal efecto, la presentación de los alimentos y la decoración de la mesa, y los diversos utensilios destinados a favorecer la ingesta de alimentos, que han ido evolucionando y adquiriendo cada vez mayor sofisticación, lo que ha convertido la comida en un rito social que trasciende el mero acto físico de deglutir para convertirse en un momento de comunión familiar, hecho remarcado por diversas religiones con el acto de bendecir la mesa. En especial, los utensilios y accesorios de cocina (platos, vasos, cuchillos, cucharas, tenedores) han tenido una especial evolución acorde con criterios estéticos, que en muchos casos ha superado la mera practicidad del objeto para convertirse en piezas artísticas transmisoras de un determinado estilo, en paralelo a los diversos períodos de la historia del arte, dentro del género de las llamadas artes decorativas. Inventos como la cerámica, o la manufactura de materiales como el bronce y el hierro, revolucionaron la cocina, pudiendo crear toda una serie de utensilios para las diversas necesidades requeridas en la confección de alimentos y su posterior ingesta.
El acto de comer trasciende para el ser humano el mero componente físico, transformándose en una experiencia estética donde intervienen diversos sentidos, desde el gusto y el olfato hasta la visión de la propia comida, ya que un plato bien presentado puede parecer más apetecible que uno presentado de forma rudimentaria. El comer causa placer, e influye en nuestra fisiología en muchos otros ámbitos, como en el dormir, ya que hay alimentos que favorecen o perjudican el sueño. La comida tiene también un componente cultural, por cuanto la multiplicidad de gastronomías en todos los ámbitos geográficos provoca una distinta manera de percibir la comida, o de apreciar ciertos gustos o sabores, según la región o la población que la perciba. Igualmente, provoca en el ser humano un estado de reflexión, de enjuiciamiento, ya que después de comer se entra en la valoración de la calidad de los alimentos o de la originalidad de su combinación o su forma de prepararlos. Otro papel decisivo lo juegan factores como la imaginación y la memoria, que son los que permiten innovar y experimentar con los alimentos, y transmitirlos en el tiempo permitiendo su reproducción.
Sabores que conoce el cuerpo
Alex nos dice que un componente destacado en la gastronomía es la química del alimento, que interfiere en el sabor. El cuerpo reconoce cuatro sabores principales: dulce, salado, ácido y amargo. Muchos gustos regionales por diversos sabores tienen un origen histórico determinado: el gusto por la salazón en los países mediterráneos viene de cuando se conservaban los alimentos en sal; en Latinoamérica, el gusto por el chile procede de cuando la población menos favorecida lo tomaba para resarcir la falta de alimentos, por la sensación de hartazgo que produce, al tiempo de que servía para matar parásitos. En cuanto a la elaboración de alimentos, el etnólogo Claude Lévi-Strauss estableció en El origen de las maneras de mesa tres estados básicos de presentación de los alimentos: crudo, podrido y cocido, cuya predilección es un factor cultural que depende de diversas circunstancias. Igualmente, los alimentos se pueden preparar de distinta manera según el elemento utilizado para su elaboración: asado con fuego, hervido con agua o ahumado con aire.
La historia de la cocina se confunde con la de la humanidad hasta el punto de que los antropólogos contemporáneos consideran que la utilización del fuego para cocinar y la memorización de las técnicas culinarias son el verdadero punto de partida de la cultura humana.
por Andrés Dávila
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