Gloria Mendoza Borda: “La poesía es una manera natural de vivir” [ENTREVISTA]

Tiene varios libros de poesía traducidos al aimara, italiano, francés, griego, inglés y portugués.

POR SIXTO SARMIENTO

Por sus venas corren poemas disueltos en sangre puneña, cusqueña, ayacuchana y cuando llega a Arequipa su sangre hierve por la patria. La poeta Gloria Mendoza nos concede una entrevista.

¿Cómo inicias tu camino poético?

En mi época de estudiante, en la Universidad Nacional San Antonio Abad de Cusco, tuve la orientación de un buen poeta peruano Luis Nieto Miranda que llegó a ser mi profesor. Es cuando publico una edición personal de Los grillos tomaron tu cimbre (1971). Recuerdo que era tiempo de los hippies en Cusco, vestían buscando atuendos de ropa distinta, querían volver a la naturaleza porque estaban cansados de las ciudades. Yo usaba unas ropas negras decoradas con huayruros, unas sandalias con campanas, cuando entraba a la universidad mis amigos sabían que entraba la joven poeta. Era una especie de hippie distinta, jamás hice uso de drogas ni alcohol. En mi casa no había una prohibición, pero todos teníamos una formación personal especial. Terminada mi secundaria ya pertenecía al Grupo Oquendo de Puno. El más viejo de mi grupo tenía como 18 años. Fuimos impactados por Alejandro Peralta, Gamaliel Churata, Carlos Oquendo de Amat y el vanguardismo andino de la poesía puneña.

¿Cómo eliges tus lecturas?

Mi lectura es variada, no hay una preferencia específicamente por un autor. Me interesa la poesía de todos los tiempos. Me importa la poesía actual -pero no toda-. Soy asidua a la que trascienda lo individual o puramente subjetivo. De alguna manera pienso que mis lecturas van en el sentido de acentuar y ampliar una tradición poética peruana que pasa retrospectivamente por las generaciones del 60 y 50, continúa con el indigenismo poético de los años 20 y 30; también en el momento me concierne la poesía oral, quechua / aimara y por extensión la literatura andina antigua y moderna. La poesía es una manera natural de vivir.

No puedo dejar de preguntarte de Ayacucho. Tu paso en pleno apogeo de la violencia, cuéntanos.

Me casé y me fui a vivir a Ayacucho en 1971 luego de presentar mi primer libro. Allí me impactó la juventud. Algunos años dejé de estudiar por motivos de salud. Pero luego una joven que me acompañaba de Puerto Puquis me inscribió nuevamente en la universidad. Algunas clases fatales porque creo que me convertí en una naciente señora formal. En dos cursos a las seis a.m. teníamos que ir a la universidad para empezar las clases de Materialismo dialéctico, Materialismo histórico. Recuerdo a un profesor Kawata nos hacía llevar colores (en ese tiempo no habían resaltadores) teníamos que leer en voz alta y en coro, las ideas principales se marcaban con distintos colores. Y nadie decía nada, tenían el respaldo de las autoridades universitarias. Entonces me sentí una isla. Tengo una formación socialista por mi padre pero no extrema como la que vivíamos en Ayacucho. La lectura en voz alta sí me gustó. Nos preparaban para la guerra que llegaría después, los profesores nos decían “cinco años más y llega la guerra”. Algunos profesores se fueron a preparar a China comunista. Parecía un cuento, pero era una verdad. Otros compañeros no avizorábamos qué guerra, nos parecía una ilusión hasta que años después llegó cuando yo trabajaba en un Colegio religioso María Auxiliadora, y en la misma Universidad San Cristóbal de Huamanga a pedido de los que fueron mis profesores por alto índice académico. Huamanga era fuego, no se podía caminar en las calles, de modo que por mi familia me retiré de esa ciudad que nos tuvo 12 años.

“EL LEGENDARIO LOBO”

“Mi hermana mayor Mercedes trabajaba como empleada de la Facultad de Medicina de la UNMSM (al lado está la Morgue) donde llevaban los muertos para la autopsia. En las afueras andaba un señor cuarentón (afro peruano), mendigo, bastante sucio, grueso y con una ensortijada cabellera, era muy amigo de los médicos y estudiantes de medicina, pero tenía la fama de robar para dar a los pobres. Lo conocí de lejos, lo mirada con cierto temor, pero mi hermana le hablaba con afecto. Todos lo querían. Nunca crucé palabra con él. Y un día mi hermana me comunicó que había muerto. En su honor escribí El legendario Lobo que publicaron los estudiantes de medicina”.

PERFIL

Nació en Puno. Publicó varios libros de poesía. Traducida al aimara, italiano, francés, griego, inglés y portugués. Destacan sus poemarios Danza de las balsas, Lugares que tus ojos ignoran, dulce naranja dulce luna, Qantati desojando margaritas, Amtasiña, Mi abuela, mi patria, entre otros. Viajó a varios países de Latinoamérica como invitada a Encuentros, Festivales, Ferias, de literatura. Su último poemario Amusa fue presentado en el VIII Festival internacional Primavera poética y próximamente estará a disposición en librerías.

Para más información, adquiere nuestra versión impresa o suscríbete a nuestra versión digital AQUÍ.

Puedes encontrar más contenido como este siguiéndonos en nuestras redes sociales de Facebook, Twitter Instagram.