Las brujas que dominaron con su encanto el Perú: vinieron desde Europa, huyendo de la hoguera y la horca

La verdadera historia de las brujas de Salem dio inicio a la historia ya conocida de la brujería en el mundo.

Diario expreso - Las brujas que dominaron con su encanto el Perú: vinieron desde Europa, huyendo de la hoguera y la horca

Por Andrés Dávila

Desde los años cincuenta, las calles de la vieja Lima fueron inundadas de muchas mujeres llegadas de Rumania, España y otros países europeos que vinieron huyendo por sus vidas del viejo continente, salvándose de caer en la hoguera o la horca por ser reconocidas como brujas en Perú.

Ellas llegaron al Perú como adivinadoras de la suerte, ofreciendo la lectura de las cartas, de la mano y realizando algunos trabajos para la buena suerte y amarres amorosos. Bueno, eso es lo que cuenta la historia de citadinos que pululaban por los barrios del centro de Lima, El Porvenir y otros barrios populares.

Pero, para saber bien dónde se inicia la historia, debemos empezar por el origen, dónde se gestó esta ola migratoria de las tan conocidas adivinadoras.

Las brujas de Salem

El 8 de febrero de 1692, el médico de una pequeña comunidad de pescadores de Massachusetts diagnosticó que dos niñas estaban poseídas por el demonio y, a partir de entonces, se desató una verdadera caza de brujas que incluyó encarcelamientos, torturas, ejecuciones en la horca y un linchamiento.

No son pocas las veces que el origen de los hechos notables de la historia de las sociedades humanas puede rastrearse hasta un acontecimiento mínimo que los desencadena; por ejemplo, el dictamen oscurantista de un médico ignorante. Eso fue lo que ocurrió con la caza de brujas que, a fines del siglo XVII, sacudió a Salem, una pequeña comunidad de pescadores de la colonia inglesa de Massachusetts, en lo que un siglo después serían los Estados Unidos.

En este caso, hasta puede fijarse una fecha precisa: el 8 de febrero de 1692, cuando el médico de la comunidad, el doctor William Griggs, quizás asustado por la importancia de los personajes, o tal vez presionado por intereses a los que temía, tuvo que buscar el origen de los extraños comportamientos de la hija y de la sobrina del líder espiritual de la ciudad, el reverendo Samuel Parris.

Ese día, después de revisar concienzudamente a las dos niñas, el doctor Griggs dictaminó con la autoridad que, a los ojos de la comunidad, le daba ser un hombre de ciencia: No hay ningún problema físico que cause ese comportamiento. No hay dudas de que se trata de la influencia directa del demonio, dictaminó el hombre de ciencia.

A partir de allí se desató una reacción en cadena de acusaciones y juicios, que dejó un saldo de 18 ahorcados, un muerto bajo tortura y más de 150 encarcelados.

El caso pasó a la historia como los juicios de Salem y se convirtió en un ejemplo de lo que el oscurantismo y la credulidad pueden hacer con un pueblo, porque allí donde se decía “brujería”, lo que en realidad existió fue una mezcla de juegos sexuales adolescentes, malas cosechas, episodios de histeria colectiva, intereses económicos y hasta las alucinaciones provocadas por un hongo que fermentaba en el pan.

Los hechos de Salem ocurrieron a fines del siglo XVII, cuando la caza de brujas, con un saldo de más de 50 000 víctimas (en su mayoría mujeres, pero también hombres), había sido prácticamente abandonada en una Europa, que comenzaba a iluminarse con los descubrimientos científicos.

Por esa razón, muchos los ven como el rebrote tardío de una creencia oscura en una colonia alejada de las luces. Sin embargo, hay algo de fondo que se sigue repitiendo más de tres siglos después, aunque no encarnado en brujas, sino en otras credulidades. Esto ocasionó que muchas mujeres que habían sido sindicadas o acusadas de brujería y hechicería buscaran emigrar de ciudad en ciudad, buscando nuevos rumbos.

Cachiche

Cachiche, oficialmente conocida como Santa Rosa de Cachiche (también llamada “las Brujas de Cachiche”), es una localidad peruana ubicada en la provincia de Ica, en el departamento homónimo. La localidad es conocida por ser un lugar donde se practica abiertamente la hechicería.

Este lugar del Perú ganó gran parte de su fama actual desde la época virreinal, en la que varias mujeres acusadas de ser brujas fueron perseguidas por la Inquisición española por sus creencias paganas en Europa. Algunas de estas mujeres escaparon a Lima; sin embargo, se encontraron inseguras incluso allí, donde intentaron desarrollarse y expandirse. Luego, las mujeres se trasladaron más al sur, hacia el valle de Ica, y se establecieron en el pueblo de Cachiche.

En la década de 1980, el renovado interés en el Perú por la medicina alternativa hizo que este pueblo volviera a ser conocido.

La ciudad de Ica protege uno de los pueblos más enigmáticos del Perú. La historia que transmitieron sus antiguos habitantes expone la poderosa presencia de hechiceras que practicaban las artes oscuras entre los suelos áridos de Ica.

Los habitantes del pueblo de Cachiche han mantenido las tradiciones y aquellas actividades que atraen a cientos de turistas, entre creyentes y escépticos, quienes acuden a los expertos para realizar “trabajos” que les ofrezcan algún tipo de beneficio.

Cachiche es un lugar de brujería y curanderismo. Cachiche, que en lengua quechua significa “lugar o tierra salada”, es el nombre que recibió un caserío que se convirtió en el pueblo de la hechicería.

Durante la época virreinal, mujeres provenientes de Europa encontraron en el Perú un refugio tras escapar de la Santa Inquisición, que había ordenado quemarlas vivas al considerar que estaban profanando lo que ellos consideraban sagrado.

Epicentro de brujos

En el humilde pueblo de Cachiche se reunían todas las brujas de Ica, provenientes de distritos como Guadalupe, San Juan Bautista, Pachacútec, Santiago, Ocucaje y Los Molinos.

El lugar de reunión estaba donde actualmente se encuentra levantado el monumento de la bruja de Cachiche. Conocida a nivel nacional e internacional como la “Doctora Corazón”, era famosa por sus amarres y brujerías. Practicaba tanto la brujería blanca como la brujería negra.

En la brujería blanca se practicaban el curanderismo, los amarres y otros rituales. Por otro lado, en la brujería negra se hacía daño a las personas.

Según cuentan los lugareños, al mágico pueblo de Cachiche llegó a visitar don Fernando León de Vivero, un importante líder político de la ciudad que ocupó cinco veces la presidencia de la Cámara de Diputados de Ica. Por eso, se le conoce como el “Patriarca Iqueño”.

Don Francisco León de Vivero, a la edad de 14 o 15 años, era un muchacho con problemas para articular frases completas. Llegó a manos de la bruja, quien lo curó y además le auguró que sería un gran profesional.

Al fallecer la bruja, el líder político encomendó construir un monumento en su honor. Este monumento está compuesto por:

Un búho, que simboliza inteligencia, sabiduría y la brujería blanca.

Una calavera, que representa maldad, hechicería y la brujería negra.

Sus brazos están en forma de “V”, lo que significa victoria y veneración.

La bruja solía usar un pedazo de huarango (árbol oriundo de la zona), comúnmente conocido como algarrobo en el norte o “árbol milenario” por los muchos años que suele vivir. Este lo hacía girar en forma de compás para marcar una circunferencia. Cuando el compás paraba, siempre apuntaba hacia la bruja de Cachiche.

La bruja, Julia Nazaria Hernández Pecho, viuda de Díaz, falleció a los 106 años, debido a un paro cardíaco.

Hoy en día, se la puede visitar en el Parque de las Brujas de Cachiche, junto con varios monumentos más dedicados a otras brujas. Su historia dice que en 1987, a la edad de 106 años, Julia murió. Antes de su muerte, esta famosa bruja profetizó que cuando apareciera la séptima cabeza de la palmera, Ica sería aniquilada.

La historia fue olvidada por mucho tiempo, pero en 1997 (un año de El Niño), las lluvias torrenciales inundaron la ciudad. La gente decidió cortar la séptima cabeza del árbol, pero la inundación se detuvo antes de hacerlo. Esta palmera se encuentra en el centro de la aldea, y la gente local cuenta que alguna vez fue un árbol normal y erecto, pero bajo la influencia de los rituales realizados cerca, se deformó.

Otra versión sobre la palmera

Otra versión que manejan los lugareños dice que las palmeras surgieron como consecuencia del enfrentamiento entre la bruja y el pulpo que cuidaba el tesoro.

Las aguas del mar llegaban hasta donde se encuentra el actual penal Cristo Rey de Cachiche, y se cuenta que los conquistadores españoles llegaron a descansar en dicho lugar. El mar los atrapó en sus aguas, y el tesoro que llevaban con ellos quedó al cuidado de un pulpo.

La bruja, ambiciosa, quería poseer el tesoro y desató una batalla. En esta contienda, llegó a cortar seis tentáculos al pulpo, y este mató a la hechicera con el tentáculo que le quedaba. Sin embargo, la bruja, mientras moría, recitó una maldición que decía que si nacía la séptima palmera, Ica se hundiría por completo, convirtiéndose en una enorme laguna.

Por esta razón, cuando los pobladores ven crecer una palmera en dicho lugar, la cortan para que no se cumpla dicha maldición hecha por la bruja.

Por último, la bruja dejó un gran mensaje que dice así:

“Que hacéis esta visita, que hacéis en este lugar, que la bruja, el curanderismo y Dios los ayuden; que vayan cambiando suerte, cambiando destino, hasta encontrar la paz y la felicidad en sus hogares”.

Curiosidades de Cachiche la pirámide

Al llegar a Cachiche podemos encontrar un “Centro Metafísico” donde se ubica una pirámide hecha de adobe, situada casi en una esquina del local. Los guías suelen explicar cuál es su función y cómo la gente acude a Cachiche desde todas partes del mundo para alejar la mala vibra y limpiar su aura.

Se puede apreciar que la pirámide tiene en la punta un cuarzo que sirve para sacar las malas energías del alma de las personas y, a través de rezos y palabras, limpiarlas, alejando la envidia y la mala suerte que a veces se apodera de la gente.

Si ingresas a esta pirámide, podrás sentir una gran cantidad de energía; esta es una densa habitación que contiene una gran banca, inciensos, una olla con varias hierbas y velas. Cada elemento, según lo visto, es de suma importancia para los rituales que allí se realizan.

Según los relatos, las personas no solo acuden a este sitio para tratar los males, sino también para relajarse, ya que los inciensos, velas y hierbas ayudan a purificar el alma, logrando que la gente entre en un estado de meditación.

La palmera oso y la palmera elefante

A la salida del local, podrás ver dos palmeras con una particularidad muy curiosa. Si observas la palmera desde el frente del local, puedes distinguir la forma de un oso. Sin embargo, si la miras desde otra perspectiva, como desde el frente del local, podrás observar la figura de un elefante con su trompa y sus orejas.

Esto resulta muy peculiar, ya que, al acercarte, solo se ven dos palmeras deformes.

La palmera de las siete cabezas

En este místico pueblo de Cachiche también se encuentra la famosa “Palmera de las Siete Cabezas”. Estas son palmeras que se introducen en el suelo y vuelven a salir, formando algo similar a un pulpo. Estas palmeras coinciden con un número cabalístico, el número “siete”, que para algunas personas es un número de mala suerte. Sin embargo, para este pueblo, significa buena suerte, ya que coincide con:

Los siete pabellones de la cárcel de Cachiche, “Cristo Rey de Cachiche”.

Las siete lagunas que hubo en Ica (Orovilca, La Huega, Huacachina, Pozo Hediondo, La Victoria, etc.).

Las siete plagas del mundo.

Las siete maravillas del mundo.

Este es uno de los atractivos turísticos más populares de Ica. En este espacio árido creció una palmera de gran tamaño, que poseía siete cabezas.

La leyenda peruana narra que las brujas de Cachiche tenían el deseo de conocer más, de abrir nuevos portales que les permitieran ver el futuro. Para alcanzar este objetivo, “tenían que entregar a una de ellas para realizar un sacrificio”.

Al enterarse de que fue elegida para ser sacrificada, Hernández huyó y se escondió en lo más alto de la palmera. Una de sus semejantes la descubrió y le lanzó un hechizo que agotó su vida hasta el fallecimiento. Durante su agonía, lanzó una maldición, manifestando que cuando creciera una séptima cabeza en la palmera, ocurriría una desgracia que acabaría con el pueblo.

Así se ve la Palmera de las Siete Cabezas, que sorprende a los visitantes. En el corazón del pueblo, los turistas que visitan el circuito de Cachiche pueden ver de cerca una majestuosa estatua de bronce en homenaje a la “bruja mayor”.

Algunos creen que las aves que se posan sobre ella son antiguas brujas reencarnadas en animales.

Todos fueron testigos del gran poder que tuvo cuando se registró una inundación en Ica en el año 1998, quedando la ciudad completamente anegada. Algunos locales la señalaron como culpable de lo sucedido, despertando temor entre ellos.

Los habitantes han mantenido su promesa de proteger el pueblo, por lo que están atentos al crecimiento de una nueva cabeza. Cuando ven la formación inicial, ellos mismos se encargan de talarla, quizás con la intención de que no se repita una desgracia como la ocurrida en los años noventa.

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