Peruanísimo pollo a la brasa celebra 73 años

Se trata de un potaje peruano “democrático” que se ajusta a todo tipo de presupuestos.

Por Pedro Gonzales Toledo

En 1949 Roger Schuler, encargó a un experto suizo que ideara un mecanismo que permitiera la cocción de varios pollos a la vez, marcando el inicio de la sabrosa historia del ahora mundialmente famoso y admirado pollo a la brasa, que nació en el restaurante La Granja Azul, en Santa Clara, Ate, y que ahora podemos encontrar en el Perú y en varios países del mundo, gracias a la exportación de los hornos donde quedan a punto esos crujientes pollos.

Una vida fabricando Hornos para Pollos a la Brasa

A don Heriberto Ruiz Sánchez le debemos poder seguir disfrutando nuestro sabroso y suculento pollo a la brasa, uno de los más emblemáticos potajes de la culinaria peruana. Él fue discípulo de Franz Ulrich, el suizo que inventó el sistema que permite la cocción en conjunto de docenas de pollos al calor de las brasas y que hoy el mundo entero conoce como el horno peruano para pollos a la brasa.

Ruiz Sánchez llegó desde su natal Mórrope, en Lambayaque, y comenzó como soldador, hasta convertirse en experto en la fabricación del famoso horno de engranajes y spiedos, inspirado en el sistema planetario solar que, con el paso del tiempo, fue mejorando en su diseño y estructura, dotándolo además de puerta y sistema de poleas. Hace 56 años don Heriberto fundó su propia empresa: H. Ruiz Hermanos, asumiendo como suya la misión de seguir fabricando los hornos para pollos a la brasa, como lo hacía con su maestro Franz Ulrich, convirtiéndose en el principal productor y embajador silencioso del jugoso y crujiente pollo a la brasa, el predilecto de las familias peruanas y de exigentes paladares alrededor del mundo.

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Por eso, no es de extrañar que hasta su fábrica ubicada en la cuadra 8 de la Av. Nicolás Ayllón, en La Victoria, lleguen peruanos y extranjeros, atraídos por las bondades de sus hornos, que ahora también produce en su versión ecológica, que permiten ahorrar tiempo y carbón, sin requerir chimeneas, ni ductos de ventilación y que exporta cumpliendo todas las certificaciones internacionales, hasta Chile, Bolivia, China, Japón, Estados Unidos, Canadá, Australia y Alemania, entre otros, haciendo posible el nacimiento y crecimiento de restaurantes de pollos a la brasa en diversas partes del mundo, convencidos que el sabroso, crujiente y jugoso pollo a la brasa peruano no tiene punto de comparación.

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