Seamos honestos. El viaje al extranjero de la presidenta Boluarte no hará que se ponga en su sitio al club de mandatarios entrometidos encabezados por AMLO. ¿Acaso encararlos sosegará sus disparates? o ¿logrará transformar al mexicano de ser insoportable a ser mesurado, y así por fin que entregue la presidencia de la Alianza del Pacífico? No hay remedio con ellos. Esta forma de pensar solo denota ingenuidad porque acepta continuar con los altercados verbales que no aportan nada a nuestro país.

Si el propósito de que la presidenta viaje es realmente atraer inversiones al Perú, entonces tenemos más 25 millones de razones que lo justifica. Indica que valoramos a todos los peruanos que creen que la situación económica les afecta negativamente (76% del país según Datum). Lo que representa la atracción de inversiones para el país es mucho mejor que el plan Con Punche o Reactivación 2.0. Destacar que el Perú tiene como objetivo recuperar su posición liderazgo como destino de inversiones a nivel internacional beneficiará al bolsillo del pueblo y, como efecto colateral, dejará en ridículo a la pandilla de AMLO y sus cumpas, los chiflados del barrio.

Desde que asumió la presidencia, Boluarte ha tenido altos y bajos. No hemos observado en ella la evolución que Darwin afirmaba, pero al parecer dista de la persona que hace un año dijo mentiras en Davos sobre las empresas mineras peruanas. Recientemente, hemos dejado atrás un año y medio de un gobierno corrupto de corte comunista, que se sirvió del Estado y buscó dar un golpe.

Ahora, queremos que Boluarte asuma la ardua labor de dejarnos bien parados frente a los inversionistas en las visitas planteadas a Brasil, Bruselas y Nueva York. Se trata de eventos que se rigen por protocolos y discursos, específicamente de la Cumbre de Gobernantes, Cumbre de la Unión Europea y Asamblea de las Naciones Unidas, pero no significa que Boluarte se limite a esa agenda. La presidente puede organizar esfuerzos adicionales para potenciar el objetivo de atraer inversiones privadas.

Una agenda proempresarial implica que la mandataria la asuma con energía y firmeza. Para eso, Dina Boluarte debe prepararse. Debe dejar atrás su modo ingenuidad con el que asumió la presidencia. Para que Dina adopte un enfoque pro activo, es fundamental que comprenda lo siguiente:

Primero, los inversionistas extranjeros solo confían si participa el empresariado nacional. La coordinación con la CONFIEP y otros gremios empresariales con capacidad de contactos institucionales en el exterior es clave para construir los puentes de confianza con los inversionistas de cualquier parte del mundo. CONFIEP es un gremio de gremios, por lo tanto tiene la capacidad de estructurar y convocar a los líderes de empresariales de todos los sectores productivos y estratégicos del país y sus pares en el extranjero. Estos grupos son convocados por medio de Comités de Trabajo, tal como sucedió años atrás con el CENI o Consejo Empresarial de Negociaciones Internacionales para la firma del TLC con EEUU.

Segundo, el impacto debe ser significativo. Buscar oportunidades de reunirse con los empresarios más exitosos que han cambiado el mundo. La lista es extensa, pero lograr que la mandataria se reúna con un referente en innovación a nivel global, tendrá un impacto positivo en la proyección internacional del país.

Tercero, establecer reuniones con empresarios del exterior. Boluarte jamás debe desperdiciar la oportunidad de promover el país durante sus viajes. La presencia pública de la mandataria con los empresarios permitirá escuchar sus expectativas y promover el régimen económico del Perú, resaltando su estabilidad y los resultados que buscamos con proyectos sostenibles.

Dina, si te comprometes a atraer inversiones al Perú, ¡hazlo!, pero de la mejor manera posible.

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